domingo, 25 de marzo de 2012

Ten & Eleven.



You're waking up
A part of me i've never known
And i've never felt so invincible



And I won't try so you'll stay
This time I won't try
And I won't change
This time I won't try to stop you 



POV Elisabeth
Cuando fueron las tres de verdad, me levanté de la cama donde me había pasado las horas siguientes pensando en el dichoso líder y observando su símbolo azul. Me dirigí al comedor, esperando ver a alguna de las chicas y pasar del tema. Y decidí no decirle a nadie que le había visto. Me traería problemas, y seguramente a él. No sé porque tuve la sensación de que él no tenía que haber estado allí. Además, estaba segura de que la mayoría vendrían a preguntarme sobre el tema. Y no. Prefería olvidarlo.
Igualmente, me preocupaba el hecho de que el líder Jones le contara a alguno de los demás líderes que estaba fuera, por que en teoría no debería de haber salido de la clase.  Pensé en el castigo que me caería encima. Puede que me reduzcan mis raciones de comida a nada, que me peguen hasta quedarse a gusto. O incluso puede que me torturen.
Sacudí la cabeza mientras iba por los blancos pasillos, camino al comedor. No. Ahora no podía pensar en eso. Lo que venga, vendrá, y en aquel momento lo que más me preocupaba era el ser vista. Era muy difícil camuflarse entre aquellos edificios claros llevando el uniforme negro oficial de Super City, pero por suerte, me topé con una multitud que acababa de salir de clase. Me colé entre ellos sin que nadie se diera cuenta, y finalmente acabamos todos en el comedor. Me fui a la mesa donde había estado el día anterior con Claire, Ann y May y no me sorprendí al verlas charlar tan animadamente, como si ahí no pasara nada. Como si no las obligaran a vivir en Super City. Como si fueran felices, a pesar de todo.
Me daban envidia. Quería empezar a entender el motivo de Super City e integrarme ahí, ser feliz en aquella extraña ciudad. Pero mi subconsciente no me dejaba. Me decía que tenía que escapar de ahí,  que el motivo por el cual existía Super City no era del todo convincente para mí. Me repetía mil veces que no estaba hecha para ese lugar y que, seriamente, tenía que plantearme el escapar.
Pero, ya me dirás tú como te escapas de un lugar donde por enamorarte de uno de los líderes, te matan.
Vi que en la mesa estaba escrito mi número y mi plato de comida estaba ya encima de ella. A sí que siempre nos teníamos que sentar en el mismo sitio, pensé. Recordé la primera carta de los líderes. Me habían asignado a esas tres chicas, por eso nos hacían sentarnos en el mismo sitio.
Hasta las amistades te escogen.
-       ¡Hey! – me saludó Ann. - ¿Qué tal el primer día de clase?
“¿Les vas a contar que te has ido de clase?”
-       Un poco aburrido, pero vamos, supongo que es por que es el primer día.
“No. Mejor que no. Nada de escapes de clase ni de líderes Jones. Nada.”
-       Si, ya veras como todo mejorará. – me comentó Claire, dándole un bocado a su comida.
-       Eso espero. – susurré.
Mientras comía, las tres chicas siguieron hablando animadamente sobre sus clases y algún que otro chico que había en ellas. Yo me dediqué a mordisquear la comida, ya que no tenía nada de apetito. Pero al final me dije que tenía que comer, que lo último que podía perder en este lugar eran las fuerzas. No les comenté nada de mi clase, ni del incidente como prueba inicial, ni de Matthew, si quiera, al que vi pasar por delante de mi mesa. Me saludó levantando la barbilla, a lo que respondí de la misma forma. Ninguna de las tres chicas se fijaron en él, ya que seguían comiendo y hablando como unas descosidas.
Deseé que algún día yo también pudiera hablar y comer allí sin preocupaciones, tal y como lo hacían ellas.

POV Danny
Al llegar a casa Tom estaba en el gran ordenador llamado Dios, todo estresado, mirando la pantalla como si le fuera la vida en ello. Harry se acercó a él, poniendo la mano en el respaldo de la silla.
-       ¿Sabes ya que ha pasado?
-       Un fallo en la clase de los hackers.
-       ¿Fallo? Estas cosas no suelen fallar. – le comentó Harry, con la mirada fija en la pantalla aún.
Tom se rascó la barbilla.
-       Creo que ha sido a posta. Piensa que los de ahí son hackers, los más listos nos pueden tomar el pelo.
-       Difícilmente se atreven a tomarnos el pelo. – le contestó. Tom asintió, preocupado.
-       Debe de haber sido alguno nuevo, los veteranos aquí saben los castigos y no creo que se arriesguen.
-       Entonces alguien nuevo.
-       Alguien se ha querido saltar la clase.
Me quedé asombrado del poder de deducción que tenían los dos juntos, y si encima le sumabas la ayuda del gran ordenador, era muy difícil que se les escapara algo.
-       Danny, tu estabas en frente de la clase de los hackers cuando te he encontrado. – dijo Harry, sin despegar la vista de la pantalla. Se me erizó el vello de la nuca. - ¿Has visto a alguien salir?
“Si.”
-       No. – mentí.
-       ¿Seguro?
-       Que no.
No podía hacerle aquello a aquella chica. A saber el castigo que les implantarían estos dos si la cogen. Además que, por mucho que dijera que había visto a alguien, ni siquiera me había podido fijar en su número, no serviría de gran ayuda.
Aunque estaba seguro de que, no se como, al final acabarían encontrándola. A sí que, me callé la boca y me hice el indiferente, como siempre.
-       Si alguien se ha escapado habrá vuelto a su habitación, digo yo. – comentó Tom de nuevo. – No creo que se haya quedado por los pasillos.
-       Seguro que estaba acojonado pensando en que lo podían pillar.
-       Exacto.
-       Revisa las cerraduras de las habitaciones de los hackers. – le ordenó Harry. – Si alguien ha entrado, el dispositivo lo habrá almacenado.
No sabía que había echo aquella chica exactamente después de vernos, pero si había ido a su habitación, estaba perdida. En cada cerradura había un dispositivo que controlaba las entradas y las salidas de cada habitación. A sí que estaba todo almacenado en el ordenador. Una sensación de culpabilidad me envolvió entero. Era como si una inercia me dijera que tenía que hacer algo al respecto.
No podía dejar que nadie más muriera en aquel sitio.
-       ¿No podéis pensar que ha sido un fallo y ya está? – les comenté, acercándome al ordenador. – Es tecnología, joder, estas cosas suelen fallar de vez en cuando.
Harry me miró como si fuera estúpido. No me esperaba menos de él.
-       Es difícil que este ordenador falle. – me respondió.
-       Vale, es difícil, pero no imposible. – insistí. – Además Dougie y yo hemos estado fuera y al menos yo, no he visto a nadie. Preguntadle a Dougie si eso.
Tom seguía rascándose la barbilla y mirando hacia los lados. Lo estaba convenciendo.
-       Tiene algo de sentido. – comentó Tom segundos más tarde.
-       ¡Venga ya, Tom! – se quejó Harry. Estaba seguro que también pensaba lo mismo que Tom, solo que le encantaba llevarme la contraria y le crispaba que de vez en cuando, yo también tuviera algo de voz en este proyecto.
-       Además, estoy seguro de que si alguien nos hubiera visto fuera, hubiera venido corriendo a hablar con nosotros o algo así.
-       Somos dioses, sagrados, Danny. – siguió Harry. - ¿Acaso los religiosos van a hablar con su Dios?
-       No, no, tiene razón Danny. – respondió Tom. – Es probable que si los ven por la calle lo que harían sería ir a hablar con ellos, abrazarles o algo así, contacto humano con los líderes. Eso es el súmmum del súmmum en este sitio.
Estuve a punto de añadirle un “Por desgracia” a aquella frase.
-       Tú revisa las cerraduras, por si acaso. – espetó Harry, intentando matarme con la mirada.
Tom no le contestó y yo seguí con la mirada a Harry, que salía de la habitación dando un portazo. Suspiré aliviado.
-       ¿Lo harás? – le comenté a Tom. Este negó con la cabeza.
-       Le diré que si, pero tienes razón, un fallo lo tiene cualquiera.
-       Bien, entonces.
Aunque salí del cubículo más relajado sabiendo que podría haber salvado una vida, no me acababa de convencer la respuesta de Tom. Me había sido muy fácil convencerle, tanto, que creí que en realidad acabaría mirando las cerraduras igual.
Lo único que podía hacer era esperar, y si, dentro de unos cuantos días, teníamos un visitante nuevo en las cárceles de Super City, ya podía decirme a mi mismo que a Tom no se le puede convencer nunca. O que Harry también sabe manejar el ordenador más de lo que creía.
Joder, esa chica está perdida.

*
Hellow.
Subo dos capítulos por que hoy me siento generosa, fijate tú. (No, en realidad me han parecido muy cortos los dos y me daba penita dejarlo ahí, y más ahora que la cosa se pone minimamente interesante, jsjsjsjs)
Pues nada, nada más que decir.
Bueno si, es increíblemente triste que no tenga ni un solo comentario en los últimos capítulos, pero agradezco que algunas personas me vayan dando su opinión por twitter y tal, pero siempre hace ilusión ver que te han dejado un comentario decente aquí, es solo un pequeño dato *coff*


Nada más, gudbai.


<3

martes, 20 de marzo de 2012

Nine.



Between the lines of fear and blame
You begin to wonder why you came
Where did I go wrong?, I lost a friend
Somewhere along in the bitterness
And I would have stayed up with you all night
Had I known how to save a life


POV Danny
Me había visto. Me había visto y no había sido capaz de esconderme lo más rápido posible, si no que me he quedado ahí, embobado, mirando. Y para que la cosa tuviera más narices de las que ya tenía, no se me ocurre otra cosa que sonreírle. Quería darle confianza. Pero por lo visto se me había olvidado de que ahí era como un dios. Y que verme significaba que algo raro pasaba. Aunque no era yo el que hacía algo extraño. ¿Cómo ha salido la chica de clase tan tranquilamente? Esta prohibido salir en horas de clase. Ni para ir al baño, creo. Después me reí de Tom y de Harry. La gente no les era tan fiel como ellos pensaban. Eran un poco ingenuos.
Cuando me quise dar cuenta, la chica en cuestión se puso detrás de una columna. Supuse que se había ido. Me sentí decepcionado. ¿Ni siquiera le había impresionado ver a uno de los líderes? Siempre había creído que si por casualidades de la vida alguien me vería, vendría corriendo hacia mí. A lo fan enloquecida que ve a su ídolo.
Me entró el pánico de pronto, pensando en que a lo mejor iba a salir alguien más de aquella clase y, de un salto, me puse detrás de unos matojos que había detrás del banco donde me había sentado. Con que una persona me haya visto ya tenía suficiente. El corazón me latía a mil por hora y sonreí para mi mismo. Me había gustado la sensación de haber sido visto.  La bronca de Harry iba a ser legendaria, y recé para que la chica no fuera difundiendo por ahí que había visto al líder Jones. Pero, que coño, el corazón me iba rapidísimo. Hacía mucho tiempo que no me latía así.
-       ¿Se puede saber que haces? – una voz masculina hizo que levantara la vista, dándome el susto del siglo.
-       Coño, Harry, qué susto. – contesté, con la mano en el corazón y bufando. Ahora tenía que aparecer Harry, justo ahora. ¿Yo que le hago al mundo? – Nada. ¿Por qué lo preguntas?
-       Em… bueno…
Harry se rascó la nuca como si no supiera que decir. En realidad, estaba sentado detrás de un matojo y seguramente me había quedando mirando el césped como si fuera lo más interesante del mundo. Y mi cara cuando me quedo fijamente mirando algo da verdadero miedo. Lo sé hasta yo mismo. Normal que preguntara qué  hacía.
-       ¿No puede uno sentarse tranquilamente y observar el césped sin que le molesten? – respondí, intentando parecer molesto.
-       Eh… bueno, tú si. – contestó, ofendiéndome.
-       Que te jodan. ¿Qué narices quieres?
-       Venirte a buscar.
-       ¿Qué? ¿Por qué? Aún es hora de clase, tengo tiempo libre.
-       Ha habido un problema en una de las clases y se ha abierto el cerrojo. – explicó. – Tom lo está arreglando, pero podrían vernos. Mejor que nos vayamos.
“Ah hostia, por eso la chica ha salido tan tranquila.”
-       Pues que lo arregle, yo no me muevo de aquí.
-       Danny, no me apetece darte una paliza. – sentenció. Serio, muy serio. Se me pusieron los huevos de corbata. A Harry podrías hacerle muchas coñas, pero cuando se trataba de Super City… mejor callarse. Además nunca sabía cuando estaba de coña y cuando no. – Levántate. – me ordenó.
Y yo, como un perro asustado, me levanté, sacudiéndome los restos de césped que se habían quedado enganchados en mis pantalones negros.
-       Buen chico. – dijo sonriendo cuando me levanté.
-       Das un asco descomunal. – murmuré. Empezamos a andar vuelta a nuestra casa. Me puse de mala leche al instante.
-       Y las chicas me adoran por eso.
-       Ya me dirás tú que chicas. – comenté. – Además, no tiene sentido lo que has dicho. ¿Te adoran por que das asco?
-       Me adoran por que soy un macarra.  Ya sabes como va la mente femenina.
Puse los ojos en blanco. Vaya un idiota.
-       Yo te daría calabazas.
-       Pero tú eres tonto.
Suspiré, dando la conversación por terminada. No me daba la gana darle a Harry el gustazo de verme enfurruñado.
Mientras volvíamos a casa pensé en la chica que había salido. Como corra el rumor de que me han visto la he liado parda. Muy parda. Pero al menos no vino corriendo hacía mi, eso quería decir que un poco de cabeza tenía. Me vio como persona, no como un líder. O a lo mejor solo me estaba emparanoiando y la chica se había asustado, quedándose en estado de shock. Por culpa de Harry y su “tenemos que dar miedo” mucha gente en Super City nos vería como… yo que sé, máquinas de matar o algo parecido.
Bah, sea como sea, iba a estarle toda la vida agradecido. Había conseguido que después de mucho tiempo mi cuerpo segregara un poco de adrenalina.

~
Oh, hi. 
Bueno, subo más pronto de lo que pensaba pero mira, me apetecía tú.
En fines, gracias por los comentarios que me hacéis por twitter, que me hacen mucha ilusión *^* Comunicar que en realidad, tengo el fic casi acabado y que ahora estoy escribiendo la parte más difícil de toda la historia (que ya veréis, muahahahahahins)
Gracias por leer, e id diciendome cosillas por twitter o en los comentarios de aquí abajo :3

<3

domingo, 18 de marzo de 2012

Eight.



You're not going anywhere without me
These trials don't prepare the air of love
You're not telling anyone about me
And you shake and you bleed while I sing my song

I don't feel like, I don't feel like
I don't feel like loving you
 




POV Elisabeth
Me consideré una completa crack cuando descubrí como burlar al sistema de seguridad para salir de ahí. Al principio me peleé con el ordenador porque no había manera de entrar en la base de archivos para bloquear el aparatejo de la clase, pero no pude entrar. Lo tenían todo demasiado bien protegido. No sabía como eran en realidad los líderes, pero listos lo eran un rato. Hasta que después, el genialísimo número 186 también conocido como Matthew me dio la idea.
-       ¿Qué hora es? – me preguntó con la voz cansada.
La chispilla de la cabeza se me iluminó. Recordé que al entrar estaba de color verde, y podíamos entrar todos. Y a las diez en punto, se cerró y no dejó entrar a nadie más. O sea, que el aparato iba por horas.
-       Eh, tú, ¿a que hora acaban las clases?
-       Me llamo Matthew.
-       ¡¿A que hora acaban las clases?! – le pregunté, insistiendo más. Ese tío al final me iba a volver loca.
-       Pues… a las tres hay una pausa para comer. ¿Por qué?
Sonreí.
-       Por que soy una crack.
Llegué al sistema de la computadora principal, la que nos dirigía a todos, a través de mi ordenador con un par de tecleos. No me costó mucho, pensé que me iba a dejar la cabeza. Y simplemente le cambié la hora y le puse las tres de la tarde. Parecía ser que era mucho más fácil cambiar la hora que bloquear el sistema. Cuando le di a “Guardar configuración”, oí un “piiiiiiiiiiip” que venía del dichoso aparato.
Verde. Bingo.
-       No está mal, para ser novata, no está mal. – dijo Matthew.
-       ¿Por qué no haceis esto para saltaros las clases? – le comenté. – Haciendo esto os las podéis pasar por el forro.
-       Por que como los líderes se enteren se nos caería una buena. – contestó, muy serio, y a mí me entró el pánico. – Tranquila, cuando salgas pondré la hora otra vez normal y si dicen algo es que ha sido un fallo. No te preocupes.
-       Te voy a decir una cosa pero no te acostumbres a ello. – le contesté. Matthew me sonrió, esperando. – Gracias.
-       Está bien, la próxima vez que lo digas…
-       No sé si habrá próxima vez.
-       Bueno, si hay próxima vez… - corrigió. –... me lo grabaré para poder oírlo las veces que no me lo quieras decir.
-       Que te den.
Por primera vez desde que estaba en Super City, me sentí algo mejor. Fui hacia abajo y cuando cogí el pomo de la puerta, me sentí orgullosa de haber burlado a los grandiosos líderes.
Y hablando de líderes, lo que vi enfrente de la puerta, me pareció uno de ellos. Cerré la puerta con sigilo y me fijé mejor, ya que con el cristal se veía todo un poco peor.
Era el líder Jones.
Joder. Joder, joder, joder.
¿Qué se suponía que hacía fuera? ¿Pero los líderes no estaban siempre en su casita de lujo? ¿Había salido a cazar o que?
Me acojoné. Al que menos me apetecía encontrarme era al líder Jones. Dios, ese tío daba realmente miedo. Parecía tenso, demasiado diría. Su expresión denotaba algo de inseguridad, un poco de pánico y, que demonios, estaba sonriendo. ¿De que narices se reía? Era obvio que era superior a mi, según estos seres que se creían lo mejor del mercado, pero… ¿Hacia falta burlarse? Estuvimos unos cinco segundos aguantando las miradas pero al final me rendí y me puse detrás de una columna. Se me había salido el corazón. Sabía que los ojos azules de Jones me iban a tocar las narices desde la primera vez que los ví.
Respiré hondo y volví a mirar para ver si tenía la misma expresión de gilipollas creído, pero ya no estaba.
Y, no se porque, me sentí decepcionada, porque esperaba que aún estuviera ahí. Mirándome y sin decir nada. Como si no le importara que alguien que no está autorizado a verle lo haga. Me dí la vuelta y seguí el camino hacia mi habitación, dándole vueltas al asunto.
De repente sus ojos me dieron menos miedo de lo habitual.



*
*me lanzan tomates* YAAAAAAAAA YA SÉ QUE HA PASADO MUCHO TIEMPO SIN SUBIR, YA, YA, CALMA.
Okya. En fin, pues eso.
Hasta el próximo, jé.


<3



sábado, 3 de marzo de 2012

Seven.




Step by step and I don't need this
And I don't need to be saved

Five steps away from this cliff top
And birds sing their praises
To this weary world that haunts my weary soul

There are monsters here
And as you scream it makes no sense
It makes no sense
It makes no sense at al
l!




POV Danny
Oh, dulce aire que se respiraba en las calles de Super City. Era reconfortante respirar algo que no fuera el aire de tu propia casa. Era como si hubiera un aura distinta. Iba casi dando saltitos por las aceras. Dougie iba detrás de mí con el skate, esa dichosa tabla de madera que tanto le gustaba. Tom y Harry habían preferido quedarse a dormir. Vaya par de imbéciles. Con lo bonito que estaba el cielo aquel día, a parte de que podía moverme sin que nadie me dijera algo parecido a “Cuidado, que te ven”.
Después de la charla con Doug estaba de mejor humor. Es más, intenté verlo todo de un color más bonito. No tenía opción, como muy bien me dijo él. A sí que, simplemente le puse una sonrisa a todo. El susodicho alucinó cuando aparecí en el salón gritando un genial “¡BUEEEEEEEEENOS DÍAS!” y le sonreí. Minutos después estábamos vestidos y listos para bajar a la calle. Supongo que eso influía en mi buen humor.
-       Eh, Dan. – Dougie me llamó la atención, sacándome de mis pensamientos y obligándome a girarme.
-       Dime.
-       Me voy al parque, patinar aquí es un asco. – dijo señalando el suelo. – Bueno, es que es todo plano, y me aburro.
-       Claro, no te preocupes.
-       ¿Te vienes? – con una patada, alzó el skate y se lo puso debajo del brazo. ¿Cuándo había aprendido a hacer eso?
-       Prefiero dar una vuelta por aquí, me apetece estar solo. – respondí. Dougie asintió no muy convencido.
-       No hagas tonterías. – me avisó, señalándome con el dedo índice.
-       Yo nunca hago tonterías. – contesté, de buen humor. Dougie parecía incluso más serio que antes.
-       Vamos a ver, eres tonto. ¿Y que hacen los tontos? Tonterías. – me dio hasta miedo lo seriamente que lo dijo. Le miré con los ojos abiertos y parpadeando, asombrado. Segundos después se echó a reír. – Nos vemos luego, anda.
Dejó el skate en el suelo y desapareció entre los árboles de la ciudad. Me fijé en la ropa que se había puesto. Dougie no sabía combinar la ropa. Para nada. Se había puesto colorines por todos lados, cosa que Harry nos prohibía completamente. Teníamos que ir siempre de colores oscuros. Como mucho, blanco, gris o color crema. A Tom ese tema le daba igual, pero tampoco lo negaba. Harry daba un “buen” argumento. Así parecíamos más serios.
Si, una mierda de argumento, pero Tom lo aceptaba y a mi me era indiferente.
Recordé por un momento cuando teníamos sirvientes, al principio de todo. Nos lo hacían todo. Lo que a mi más me gustaba era que nos mantenían la casa limpia y siempre olía bien. También nos preparaban la ropa, por eso íbamos siempre tan bien vestidos. A cambio, ellos recibían sitio donde vivir y algunos privilegios en la ciudad, como el no tener que asistir a las clases, que eso ya era un gran privilegio. Estaba seguro de que las clases eran un coñazo para muchos. Después, algo pasó. No sé el que. Tom no me lo ha dicho nunca. Parece ser que no lo sabe nadie excepto él y Dougie. Y Dougie lo sabe porque a Tom se le escapó. O eso me dijo. La cuestión es que después de eso, no volvimos a tener sirvientes. Los echaba de menos.
Había estado tan absorto en mis pensamientos que cuando me dí cuenta había llegado al edificio donde se hacían las clases. No recordaba como había llegado a parar hasta ahí, así que me senté en un banco a esperar que alguien me llamara preguntando donde estaba, y de esta manera que me dijeran como volver. Cuando decía alguien me refería a Tom, Harry o Dougie. Ya que no tenía más gente, más amigos. Mi vida era completamente antisocial. Por no hablar de las chicas. Recordé las palabras de Tom: “¡Nada de mojar con las chicas de la ciudad!” Hasta Harry se quejó ante tal afirmación. Pero no pudimos hacer nada más que aceptarlo.
Hacía tanto que no sentía nada por ninguna chica que no recordaba como era. Creo que hasta se me había olvidado como ligar.
Suspiré, y miré fijamente a la puerta que tenía enfrente, detrás de un cristal. Era una clase. El corazón me dio un vuelco cuando la puerta, de pronto, se abrió.

*
Vais a matarme por que es el capitulo más corto que he visto en mi vida, ya lo sé. Pero subiré el próximo más pronto, dont worry.
No tengo nada más que decir, lo de siempre: Comentad que IT'S FREE y me hacéis muy feliz.
Ale, ale

<3